En torno al destino de estos árboles se entretejen todos los relatos de los Días Antiguos.
Cuando vio que muchos lo aceptaban, Melkor anduvo con frecuencia entre ellos, y junto con las palabras dulces entretejía otras, con tanta sutileza que muchos de los que las escuchaban creían al recordarlas que eran pensamientos propios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario